Posee unas pezuñas anchas que le sirven para nadar y para mantener una buena estabilidad en terrenos anegados. Hay un claro dimorfismo sexual, pues los machos son más grandes y tienen una cornamenta anillada, las hembras son más pequeñas y carecen de cornamenta. Su longitud corporal varía de 1.8 a 2 m., y el peso puede ser de 170 a 210 Kg. Otra característica muy notable del antílope acuático es que presenta un pelaje muy largo que está impregnado por una sustancia aceitosa que lo hace impermeable, y consecuentemente, lo mantiene seco y caliente, aún cuando penetra el agua.
Como otros antílopes, el acuático es gregario, pero no forma manadas muy numerosas y cada macho tiene su territorio propio. Este territorio tiene una extensión que está en función del grado jerárquico del propietario. Las hembras, las crías y los individuos jóvenes ocupan territorios distintos. Las hembras se reúnen con los machos, cuando éstos las atraen para aparearse, cosa que ocurre con cierta frecuencia, ya que no hay una estación reproductora definida.
Al cumplir los 9 meses de edad, los machos abandonan la manada de hembras, crías y jóvenes, y se reúnen con otros machos y forman grupos de solteros. En estas agrupaciones, se establece una jerarquía. Cuando alguno de los machos alcanza los 6 años de edad se separa del grupo e intenta establecer su propio territorio y aparearse. Las hembras maduran al año de edad.