Los buitres de toda África mueren electrocutados en tendidos eléctricos o aplastados por turbinas de viento; médicos brujos trituran sus cerebros creyendo que el polvo tiene poderes mágicos, o mueren al comer cadáveres de animales cubiertos de insecticida destinado a leones y otros depredadores. En consecuencia, las poblaciones de buitres se están desplomando.