El aseo de los oídos de nuestra mascota, es también el momento idóneo para revisar si existe alguna dolencia o infección. La entrada del oído debe presentar un color rosado pálido, ya que refleja buena salud. También podemos comprobarlo, con el olor que emana, si es un olor desagradable es reflejo que tiene una infección. Otra opción es ver el comportamiento del perro, si se rasca constantemente y se sacude de forma anormal, refleja que hay una anomalía.
La limpieza de los oídos, debe comenzar por la parte externa de la oreja. Limpiamos con una toalla humedecida con agua tibia y jabón (el de tu mascota). Luego retiramos el jabón con cuidado y lo secamos en su totalidad con una toalla seca.
La parte interna tiene que limpiarse con cuidado, ya que es una parte muy sensible. Con una gasa limpia es lo adecuado para su limpieza. Cubriendo el dedo con la gasa e introduciéndolo con delicadeza en el interior y con cuidado de no tocar el fondo.