Lo primero es mantener la calma, para no aumentar la ansiedad del animalito. Al ponerse nervioso, respirará más fuerte, provocando que el objeto que ha tragado, se introduzca más en su aparato respiratorio.
No meterle la mano en la boca, ya que bloquearemos mucho más la entrada del aire, provocando que se reduzca la cantidad de aire que respira.
Levantarle las patas traseras, como una carretilla o maniobra de Heimlich. Lo cual consiste en que el animal quede cabeza abajo, con las patas en el aire y así la gravedad le ayude a expulsarlo.
Si no funciona, lo que debemos hacer es acudir de inmediato a veterinario.