Estos moradores del fondo marino cavan para extraer a sus presas más preciadas, como los cangrejos y los gusanos. También utilizan sus potentes dientes y mandíbulas para comer erizos, volteándolos para que queden panza arriba, donde tienen menos espinas para defenderse.
La familia balistidae debe su denominación común al grupo de espinas dorsales que utiliza el pez para disuadir a sus depredadores o para bloquearse a si mismo como un taco dentro de agujeros, cuevas, grietas y otros escondites.
Los peces ballesta suelen nadar solos, aunque se reúnen en periodos de apareamiento. Los machos de varias especies suelen establecer territorios en estos lugares de desove y preparan nidos en el fondo marino que albergarán decenas de miles de huevas. La hembra comparte el cuidado de las huevas hasta que eclosionan, soplando agua sobre ellas para suministrarles una ingente cantidad de oxígeno.