Fuente: http://elpais.com/
La muerte del elefante Yongki, un símbolo en Indonesia, ha indignado al país asiático. El animal, perteneciente a una especie en peligro de extinción, fue asesinado por cazadores furtivos, despojado de sus colmillos y envenenado, según un funcionario del Parque Nacional Timbul Batubara, en la isla Sumatra, donde vivía. La forma en la que ha sido asesinado ha provocado airadas reacciones en las redes sociales, donde se pide detener a los culpables y se despide al animal con un "RIPYongki" (Descansa en Paz Yongki).
Este ejemplar participaba en patrullas que realizaban los guardas para evitar que otros elefantes, salvajes, destrozaran pueblos
Yongki no era un elefante cualquiera. A sus 35 años (viven entre 50 y 70 años), este ejemplar estaba entrenado y participaba en patrullas que realizaban los guardas para evitar que otros elefantes, salvajes, destrozaran pueblos. Su labor iba más allá, incluso se encargaba de luchar contra los cazadores que amenazan a los animales que viven en las selvas tropicales de Indonesia.
El cuerpo del animal fue encontrado cerca del campamento donde vivía, en el oeste de la isla de Sumatra. Sus colmillos, de un metro, había sido cortados en trozos, y sus extremidades tenían marcas que, según sus cuidadores, sirvieron a los cazadores para asegurarse de que el animal no dejaba el campamento en el que estaba capturado. No existe ningún rastro de herida de bala, pero su lengua estaba azul, lo que según las autoridades del parque es signo de que Yongki fue envenenado. De esa forma, sus asesinos ganaban tiempo con los guardas, ya que estos no acudirían al lugar donde yacía el elefante, advertidos por los buitres, que rechazarían la carne del animal.
El número de elefantes en estado salvaje en la isla de Sumatra se estima en menos de 3.000 ejemplares. A menudo, son el blanco de los cazadores furtivos por sus colmillos de marfil, que venden a un precio muy elevado y que suelen tener aplicaciones en la medicina tradicional china.