Fuente: http://www.encantadordeperros.es
El período de celo nos indica que nuestra perra podría reproducirse si nosotros la dejásemos, es decir, ya está físicamente preparada para ser mamá. En las razas de tamaño pequeño el primer celo se manifiesta entre los 6 y los 8 meses de edad y en las razas grandes es normal que se produzca hacia los 24 meses.
El ciclo sexual de la perra se divide en tres partes y es necesario distinguir cada una de ellas si queremos cruzar a nuestra perra:
* El poestro: Dura entre 7 y 10 días. En esta fase se hincha la vulva y existen pérdidas sanguinolentas y aunque la hembra atrae machos, rechaza la monta o actividad sexual.
* El estro: Dura entre 5 y 15 días. En este período la hembra acepta al macho. Se produce la ovulación, la vulva sigue hinchada pero disminuyen las pérdidas de sangre.
* El metaestro: Dura entre 110 a 140 días y está marcado por el rechazo de una nueva monta. Este período corresponde al de gestación, parto y lactancia en las perras que ya se han apareado.
* El anestro: Su duración es variable y corresponde al período de descanso sexual.
El acoplamiento debería realizarse durante el estro y más precisamente durante la ovulación (entre el 8 y 15 día).
Es importante anotar la fecha del primer celo de la perra, de esta forma sabremos cuánto durará el ciclo en próximas ocasiones. Un ciclo normal puede durar de 5 a 10 meses según las razas, y debe ser constante. Es normal que los períodos se adelanten o retrasen en el caso de algunas hembras. Por ejemplo: las perras viejas a veces presentan un ciclo más espaciado o irregular pero nunca dejan de tenerlo, y las perras salvajes sólo presentan el ciclo una vez por año.
Síntomas:
El comportamiento de la perra puede parecer extraño, orina más que de costumbre, parece ansiosa y no reacciona a las caricias del dueño. Es importante tranquilizarla. Es normal que las mamas, ya desarrolladas, alcancen su tamaño adulto, que la vulva se hinche y que en sus bordes aparezcan manchas de sangre claras.
– Hay que dejar al menos dos ciclos estrales antes de cruzar a nuestra mascota.
– Para evitar tener un ejército de machos tras la valla de nuestro jardón o tras nuestro portal o puerta, es fundamental que, a la hora de sacar a nuestra perra a orinar, lo hagamos llevándola al lugar en brazos (para que sea inaccesible para machos) y luego cargarla nuevamente para volver a casa, de forma que a los perros machos les costará un poco más seguir el rastro.
– Bajo ningún concepto hay que dejar suelta a la hembra ya que puede irse en busca de un macho.
– Si sucede que macho y hembra se acoplan nunca se deben separar (tras el acto sexual quedan enganchados por lo menos 15 minutos). Si se les intenta soltar a la fuerza podríamos ocasionarles lesiones severas.
– Las perras pueden tener cachorros incluso de viejas (el ciclo continua hasta edad muy avanzada), pero las riesgos pueden ser mortales.
– La hembra decide cuándo y con quién se cruza y por lo general escoge al macho que conozca, no al que al dueño se le antoje.
– La hembra justo antes de la ovulación se vuelve más juguetona, para exigir la atención del macho.
– La hembra estará lista para cruzarse cuando permanezca quieta y retire su cola para mostrar su vulva al macho (solo hará esto cuando ya haya ovulado).
– Si macho y hembra comparten la casa es saludable para el macho apartarlo para que no se vuelva loco de amor (y nos vuelva locos por el ruido a nosotros), la casa de un conocido o un buen hotel canino es un espléndido lugar en donde seguro encontrará paz.
El celo atípico
Impuberismo: la perra nunca ha tenido un ciclo sexual en este caso se notarán síntomas evidentes como enanismo, delgadez, trastornos cutáneos.
Hiposexualidad: la perra tiene ciclos sexuales pero se hacen cada vez más tenues y hasta ausentes. La obesidad es uno de sus principales síntomas. En este caso la perra suele ser infértil.
Hipersexualidad: es muy raro que se presente, se produce un acortamiento del intervalo entre los estros. La hembra es infértil y presenta trastornos del comportamiento.
Retraso
Es razonable consultar al veterinario cuando la perra tiene más de 1 año en razas pequeñas, o más de 2 años en razas grandes. Es importante saber si el retraso va acompañado de un problema real de esterilidad o si se puede corregir médicamente.