Fuente: micompi.com
Puede que tu perro sea un jugador incansable, no pare de correr y lo muerda absolutamente todo. En ese caso, tienes un perro hiperactivo. Hay que tener en cuenta que estas conductas son algo totalmente normal en los cachorros y cuando pasen unos meses el perro se tranquiliza. Pero si cuando el perro ya es adulto estos actos persisten, entonces estamos ante un perro hiperactivo. Lo primero que debemos hacer es no alarmarnos y buscar la causa de esta hiperactividad. Los orígenes pueden ser aburrimiento, excitación ante la presencia de otros perros, ansiedad o un intento de atraer tu atención.
Debemos acudir al veterinario para descartar que esta hiperactividad derive de alguna enfermedad, ya sabes que para ir al veterinario con absoluta tranquilidad lo mejor es contratar un seguro para perros. Una vez descartado esto, debemos informarnos sobre si este nerviosismo es característico de la raza de nuestro perro o si se debe a su corta edad, aunque también influye la educación y ambiente del perro.
En el caso de que nos encontremos con que la raza de nuestro perro es predispuesta a la hiperactividad, lo mejor será agotar sus energías lo máximo posible y recompensarlo cuando esté tranquilo, para que asocie esos momentos de tranquilidad con recompensas. Recompensas que no deben ser muestras excesivas de cariño, ya que pueden volver a activar al perro. Cuando el perro actúe de manera hiperactiva, lo mejor es ignorarlo y alejarnos, esto ayudará a que se calme y si optamos por el castigo debemos hacerlo al comienzo de la actividad y siempre que esta se repita. Las recompensas sólo deben darse cuando el perro esté totalmente sereno.
Otros factores causantes de la hiperactividad pueden ser el estrés, problemas orgánicos (alergias), problemas de aprendizaje, separación temprana de la madre (antes de las 10 semanas), falta de estimulación física y mental, etc.
Desde que el perro entra en nuestras vidas debemos intentar corregir algunas conductas que pueden derivar en hiperactividad, como por ejemplo, que ladre cuando suena el timbre o que se abalance sobre las personas ajenas al hogar. Para la reeducación del perro debemos:
- Eliminar el castigo, ya que pueden elevar la ansiedad.
- Establecer una rutina y unos horarios.
- Aumentar el ejercicio físico, pero alternando paseos tranquilos con juegos más activos.
- Reducir el nivel de proteínas en su dieta.
- Aumentar su estimulación mental con juegos más exploratorios e interactivos.
- También se conoce que hay vacunas, como la del moquillo, que pueden reducir la hiperactividad. Desde micompi te recordamos la importancia de seguir y mantener al día el calendario de vacunas de tu perro.